APRENDER CON MAPAS MENTALES:
Una estrategia para pensar y estudiar
Autor: Antonio Ontoria Peña
El texto se centra en presentar un
marco teórico respecto a los mapas mentales integrado por la confluencia de
tres dimensiones: la actividad cerebral, el pensamiento irradiante y el enfoque
del aprendizaje holístico o total.
1.- Actividad cerebral, pensamiento irradiante y dinámica del
aprendizaje.
La actividad cerebral en el
conocimiento.
A lo largo de la historia, el cerebro
ha sido un gran campo de estudio e interés científico por conocer su
funcionamiento en sus diversas áreas, destacando la investigación de los
hemisferios cerebrales. A partir de los
estudios sobre el “cerebro dividido” del Premio Nobel Roger Sperry, se destaca
la función de cada hemisferio que controla la mitad del cuerpo opuesto: el hemisferio
izquierdo controla el lado derecho del cuerpo y el hemisferio derecho controla
el lado izquierdo del cuerpo; todo ello ha sido realizado desde la perspectiva
biológico-neurológica.
En la actualidad, a pesar de los
avances conseguidos en el campo de la neurociencia, todavía los resultados de la
investigación se consideran relativos, ante la complejidad del cerebro, pero
también se progresa en el conocimiento de las capacidades cerebrales.
Lo resaltante de las capacidades del
cerebro se centra en analizar las posibilidades del cerebro en el proceso de
aprender y de pensar y en conocer cómo usar el cerebro de manera más plena.
Primero, se tiene presente la teoría de
los dos hemisferios del cerebro que propone la idea de que existen dos formas
de conocer y pensar. Se resalta las características principales de cada
hemisferio:
a) Hemisferio derecho. Se atribuye la
capacidad de razonamiento espacial, la visualización y la creatividad. Se identifica
con el estilo de pensamiento no verbal, imaginativo y holístico o total. Su modo
de trabajar sigue la modalidad intuitiva y metafórica, subjetiva, relacional y
expresiva, holística e independiente del tiempo.
b) Hemisferio izquierdo. Se identifica
con el estilo de pensamiento secuencial y temporal. Está vinculado con el
lenguaje, con la habilidad verbal, con el razonamiento lógico y con el pensamiento
analítico.
En la cultura occidental se ha
acentuado el predominio del hemisferio izquierdo y, por tanto, el predominio
del pensamiento analítico, lógico, racional, secuencial y del lenguaje. La educación
potencia esta línea de pensar y actuar.
También se plantea, la dicotomía
entre “cerebro pensante” y “cerebro emocional” con dinámicas diferentes que se
enriquecen mutuamente y que confluye en un funcionamiento armónico.
El pensamiento irradiante desde el
aprendizaje global.
Conocer el significado de pensamiento
irradiantes es fundamental para la comprensión del enfoque sobre el aprendizaje
y de la estrategia para la construcción del conocmiento que representan los
mapas mentales.
El pensamiento irradiante como
proceso de la información, se refiere a la capacidad de procesamiento de información
y de aprendizaje que posibilita el pensamiento irradiante, al poder establecer
múltiples conexiones con la información disponible.
El pensamiento irradiante como forma
de aprender y pensar, referido a la actividad creativa que va desde la creación
de ideas hasta su expresión en una actividad física, incluida la organización
de las cosas y las relaciones sociales.
El mapa mental, expresión del
pensamiento irradiante (creativo).
El mapa mental es un recurso que
canaliza la creatividad, porque utiliza todas las habilidades relacionadas con
ella, sobre todo “la imaginación, la asociación de ideas y la flexibilidad” (Buzán,
1996: 174). El pensamiento irradiante se convierte en el punto del que parten
las asociaciones que formarán nuevas ramas de conexión, obteniendo como
resultado una gran telaraña de ideas. Siendo, el mapa mental un reflejo gráfico
y externo del pensamiento irradiante y creativo, a partir de una imagen
central.
2.- El Mapa Mental y su definición como estrategia de aprendizaje.
Tony Buzan se le considera el padre
de los mapas mentales a partir de la publicación de su libro Cómo utilizar su mente (1974), donde presenta
oficialmente la técnica de los mapas mentales. A cual nace de su inquietud por
el funcionamiento de cerebro: la gran cantidad de información disponible, el
poco tiempo para trabajarla y las exigencias académicas, le llevaron a tomar
conciencia de la necesidad de un cambio hacia una forma de aprender más creativa,
estimulante y motivadora. Los mapas metales se han considerado un método de
análisis que posibilita la utilización de las capacidades de a mente, en
palabras de Buzán (1996:296) afirma que el “mapa mental es el instrumento
didáctico de la década de los 90”.
Para explicar el funcionamiento y
representación gráfica de los mapas mentales, se tiene como referencia el árbol como símil de la estructura
gráfica de los mapas mentales por su sencillez, siendo el tronco la parte más
importante por ser el soporte y del cual salen distintas ramas, cada vez más
delgadas conforme se ramifican sucesivamente.
El mapa mental también se puede
comparar a una neurona por su estructura que presenta un núcleo y
ramificaciones (axón y dendritas), su carácter radial refleja la trayectoria del
mapa mental en cuanto al desarrollo del pensamiento y la construcción desde el núcleo temático
hasta la selección de ideas.
El origen y desarrollo de los mapas
mentales está conectado con la ciencia cognitiva, que corresponde a la nueva sociedad
basada en el conocimiento, la información y el aprendizaje.
Desde la perspectiva cognitivista, el
aprendizaje es un proceso de adquisición, reestructuración y cambio de las
estructuras de conocimiento.
Las estrategias de aprendizaje como
secuencia de acciones mentales orientadas a la mejora del aprendizaje y la
tomas de decisiones para conseguir los objetivos del aprendizaje. Por tanto,
los mapas mentales son parte de las estrategias cognitivas pues sirven para
aprender, comprender, codificar y recordar la información orientada hacia una
clase de aprendizaje propuesto. Contribuye al aprendizaje de los estudiantes
para la selección de información relevante, en la organización coherente y en
la integración o reorganización de ideas sobre un determinado tema, además se
adapta a la construcción individual y colaborativa del conocimiento.
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