domingo, 19 de julio de 2015

Mapas mentales como estrategia de aprendizaje


APRENDER CON MAPAS MENTALES:

Una estrategia para pensar y estudiar

Autor: Antonio Ontoria Peña

El texto se centra en presentar un marco teórico respecto a los mapas mentales integrado por la confluencia de tres dimensiones: la actividad cerebral, el pensamiento irradiante y el enfoque del aprendizaje holístico o total.

1.- Actividad cerebral, pensamiento irradiante y dinámica del aprendizaje.

La actividad cerebral en el conocimiento.

A lo largo de la historia, el cerebro ha sido un gran campo de estudio e interés científico por conocer su funcionamiento en sus diversas áreas, destacando la investigación de los hemisferios cerebrales. A partir  de los estudios sobre el “cerebro dividido” del Premio Nobel Roger Sperry, se destaca la función de cada hemisferio que controla la mitad del cuerpo opuesto: el hemisferio izquierdo controla el lado derecho del cuerpo y el hemisferio derecho controla el lado izquierdo del cuerpo; todo ello ha sido realizado desde la perspectiva biológico-neurológica.
En la actualidad, a pesar de los avances conseguidos en el campo de la neurociencia, todavía los resultados de la investigación se consideran relativos, ante la complejidad del cerebro, pero también se progresa en el conocimiento de las capacidades cerebrales.

Lo resaltante de las capacidades del cerebro se centra en analizar las posibilidades del cerebro en el proceso de aprender y de pensar y en conocer cómo usar el cerebro de manera más plena.  

Primero, se tiene presente la teoría de los dos hemisferios del cerebro que propone la idea de que existen dos formas de conocer y pensar. Se resalta las características principales de cada hemisferio:

a) Hemisferio derecho. Se atribuye la capacidad de razonamiento espacial, la visualización y la creatividad. Se identifica con el estilo de pensamiento no verbal, imaginativo y holístico o total. Su modo de trabajar sigue la modalidad intuitiva y metafórica, subjetiva, relacional y expresiva, holística e independiente del tiempo.

b) Hemisferio izquierdo. Se identifica con el estilo de pensamiento secuencial y temporal. Está vinculado con el lenguaje, con la habilidad verbal, con el razonamiento lógico y con el pensamiento analítico.

En la cultura occidental se ha acentuado el predominio del hemisferio izquierdo y, por tanto, el predominio del pensamiento analítico, lógico, racional, secuencial y del lenguaje. La educación potencia esta línea de pensar y actuar.

También se plantea, la dicotomía entre “cerebro pensante” y “cerebro emocional” con dinámicas diferentes que se enriquecen mutuamente y que confluye en un funcionamiento armónico.

El pensamiento irradiante desde el aprendizaje global.

Conocer el significado de pensamiento irradiantes es fundamental para la comprensión del enfoque sobre el aprendizaje y de la estrategia para la construcción del conocmiento que representan los mapas mentales.
El pensamiento irradiante como proceso de la información, se refiere a la capacidad de procesamiento de información y de aprendizaje que posibilita el pensamiento irradiante, al poder establecer múltiples conexiones con la información disponible.

El pensamiento irradiante como forma de aprender y pensar, referido a la actividad creativa que va desde la creación de ideas hasta su expresión en una actividad física, incluida la organización de las cosas y las relaciones sociales.

El mapa mental, expresión del pensamiento irradiante (creativo).
El mapa mental es un recurso que canaliza la creatividad, porque utiliza todas las habilidades relacionadas con ella, sobre todo “la imaginación, la asociación de ideas y la flexibilidad” (Buzán, 1996: 174). El pensamiento irradiante se convierte en el punto del que parten las asociaciones que formarán nuevas ramas de conexión, obteniendo como resultado una gran telaraña de ideas. Siendo, el mapa mental un reflejo gráfico y externo del pensamiento irradiante y creativo, a partir de una imagen central.

2.- El Mapa Mental y su definición como estrategia de aprendizaje.

Tony Buzan se le considera el padre de los mapas mentales a partir de la publicación de su libro Cómo utilizar su mente (1974), donde presenta oficialmente la técnica de los mapas mentales. A cual nace de su inquietud por el funcionamiento de cerebro: la gran cantidad de información disponible, el poco tiempo para trabajarla y las exigencias académicas, le llevaron a tomar conciencia de la necesidad de un cambio hacia una forma de aprender más creativa, estimulante y motivadora. Los mapas metales se han considerado un método de análisis que posibilita la utilización de las capacidades de a mente, en palabras de Buzán (1996:296) afirma que el “mapa mental es el instrumento didáctico de la década de los 90”.
Para explicar el funcionamiento y representación gráfica de los mapas mentales, se tiene como referencia el árbol como símil de la estructura gráfica de los mapas mentales por su sencillez, siendo el tronco la parte más importante por ser el soporte y del cual salen distintas ramas, cada vez más delgadas conforme se ramifican sucesivamente.
El mapa mental también se puede comparar a una neurona por su estructura que presenta un núcleo y ramificaciones (axón y dendritas), su carácter radial refleja la trayectoria del mapa mental en cuanto al desarrollo del pensamiento  y la construcción desde el núcleo temático hasta la selección de ideas.

El origen y desarrollo de los mapas mentales está conectado con la ciencia cognitiva, que corresponde a la nueva sociedad basada en el conocimiento, la información y el aprendizaje.
Desde la perspectiva cognitivista, el aprendizaje es un proceso de adquisición, reestructuración y cambio de las estructuras de conocimiento.


Las estrategias de aprendizaje como secuencia de acciones mentales orientadas a la mejora del aprendizaje y la tomas de decisiones para conseguir los objetivos del aprendizaje. Por tanto, los mapas mentales son parte de las estrategias cognitivas pues sirven para aprender, comprender, codificar y recordar la información orientada hacia una clase de aprendizaje propuesto. Contribuye al aprendizaje de los estudiantes para la selección de información relevante, en la organización coherente y en la integración o reorganización de ideas sobre un determinado tema, además se adapta a la construcción individual y colaborativa del conocimiento.







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